Comenzamos a repasar al nuevo torero de los Galos, Andy Younes.
El diestro de Arles fue capaz de pegarle un par de verónicas con las que dejó innotizado al tendido. Un quite por chicuelinas ajustadas, inicios al más puro estilo "Sebastián Castella" y varias series en redondo, con ayuda y por naturales.
Esto le sumó dos orejas 1 y 1, que le sirvieron para abrir la Puerta Grande del coso valenciano.
Ginés Marín, hasta día de hoy nos ha brindado la mejor faena de la Feria de Fallas, como siempre el gaditano, fue capaz de crear el mayor Arte sublime que hay con capote y muleta. "La tauromaquia belmontina", y a la vez ajustarse bien el pitón de embestida a la taleguilla.
Las dos mejores faenas de la novillada del día 15, las brindó el de Algeciras, aqunque se quedó sin tocar pelo debido a la suerte con los aceros en ambos finales de faena.
Álvaro Lorenzo, probablemente sea el novillero que tire más de raza para sacar partido a los astados más complicados, y así lo demostró en el día de ayer, con ese utrero del hierro del Parralejo. El novillo manseaba por momentos, y el de Illescas supo mantenerse firme y sacó peripecias de auténtico profesional para que continuaran las embestidas por bajo hasta el final de la lidia.
Cristián Climent, sin duda uno de los grandes llamados a liderar la próxima temporada el escalafón inferior. En Algemesí, el de El Puig ya nos dejó detalles de gran cálidad donde supimos ver la clase que atesora, pero ayer se reafirmó y reivindicó su sitio en los carteles, dos faenas al más puro estilo "Soro", la segunda, la que valió la oreja con todas sus partes: Porta gayola, buen saludo capotero, extraordinario galleo al caballo, buenos pares de banderillas (Quiebros, a tablas y al violín), y un gran final de muleta, donde el toro no pudo dar más de sí y terminó agotado. Climent pegó una estocada correcta, un poco baja que le sirvió para cortar un apéndice ,y recibir el cariño y admiración de su público.
Gran comienzo de temporada en las plazas de primera, cuyo único fleco que señalar es el empuje correcto en los aceros, esto solo puede traer como conclusión la corrida portuguesa al más puro estilo Joan Ribó.
